Lucas ha sido uno de los pioneros en sacarse el carné sin autoescuela, lo cual nos parece maravilloso ya que su fin era dar una lección a las normativas que nos imponen. Nosotros nos sentimos identificados con Lucas, ya que nuestra intención era facilitar a toda esa gente que se saca el teórico por libre, las prácticas sin autoescuelas, ni matrículas, ni obligaciones, ni plazos... pero no nos lo han puesto fácil, así que hemos tenido que abrir con el nombre de autoescuela, pero intentamos dar también las opciones que Lucas expone en la noticia, para bajar los costes sin verse mermada la enseñanza.
Gabriel Lucas, es un madrileño e ingeniero
informático, que consigue la licencia sin pasar por una autoescuela. Antes esta práctica era habitual, hasta 1981, cuando la Dirección General de Tráfico cambió la
normativa. A él le ha costado cuatro años de burocracia y de investigación y
alrededor de 2.500 euros, frente a los 740 euros que cuesta de media.
Lucas tuvo incluso que adaptar su coche, que ahora
tiene seis pedales, tres en el asiento del copiloto, y convencer a su madre,
conductora sin sanciones, para que fuera ella quien impartiera las clases
prácticas. Recuerda con cariño el camino recorrido hasta que, el pasado
noviembre, consiguió la preciada L de conducción en prácticas –en su caso, de
color rojo y no verde como las demás– que lo habilita como conductor novel.
"Fue divertido ir descubriendo qué pasos debía seguir", explica. Para
él no era una cuestión de dinero, sino de principios. "No estoy de acuerdo
con que un bien común, como es el aprendizaje de la conducción, esté
monopolizado", justifica. "Creo que hay que ser consecuente. Si
quieres cambiar algo, ¿por qué no hacerlo?"
Los requisitos para examinarse sin pasar por una
autoescuela no son muy complicados. Pero hay que disponer de un coche adaptado,
con doble pedal y dos espejos retrovisores para el copiloto, que el vehículo
esté asegurado y que alguien –que tenga el carné desde hace más de cinco años y
que en los últimos tres no haya sido sancionado– acceda a convertirse en profesor.
Lucas no sabía nada de esto cuando, con 19 años y
después de haber estado ahorrando, se inscribió en la autoescuela, "como
casi todos los jóvenes". Sin embargo, cayó enfermo y no pudo asistir a las
clases durante siete meses. Cuando volvió, ya recuperado, su matrícula había
caducado y debía volver a pagar. No tenía dinero, así que se negó y lo dejó
pasar. Hasta que, hace cuatro años, empezó a plantearse tomar el camino menos
convencional y presentarse por libre. Ni siquiera en la Dirección General de
Tráfico pudieron asesorarlo, hasta que no acudió con la normativa
en la mano. La descubrió en un blog de internet. Después de aprobar el examen teórico
–"es relativamente fácil, solo tienes que haber superado el test
psicotécnico, acudir a Tráfico con dos fotos de tamaño carné, el DNI y abonar
las tasas", afirma–, comenzó su particular travesía en el desierto. Se lo
tomó con calma. No tenía prisa.
El Honda Accord del 98 que su tío le había regalado
se convirtió en su nuevo aliado. Lucas acudió a un taller y allí lo adaptaron.
"Podría haberle puesto incluso la góndola que llevan los coches de
autoescuela en el techo, pero pasé", explica. Conseguir un seguro fue
más complicado. Consciente de que le resultaría difícil, envió una carta a la
compañía que tenía contratada, en la que se limitó a informar de que se
disponía a hacer las prácticas con ese coche. Le respondieron que no estaban
interesados. Como ellos, otras cinco empresas se negaron a asistirlo. Entonces
descubrió el Consorcio
de Compensación de Seguros, la institución pública que recibe los casos que
las empresas privadas rechazan. "Solo me hizo falta presentar dos cartas
que demostraran que habían rechazado mi caso. Bueno, y convencer a mi padre
para que aceptara ser titular de la póliza. '¿No puedes hacer las cosas como la
gente normal?', me decía. Creía que era todo demasiado marciano. Al final,
accedió", relata. Su carné teórico había caducado para aquel momento y
debió presentarse otras dos ocasiones.
Gabriel
Lucas y su madre organizaron las clases prácticas como en un videojuego,
aumentando la complejidad gradualmente
Mientras, buscaba profesor. "¿Cómo descubrir
si la gente que te rodea tiene multas de tráfico?", se preguntaba. Así, un
amigo suyo no pudo ser su asistente: "Había aparcado una vez en una
esquina" y tenía una sanción. "Como madre no hay más que una",
bromea Lucas, ella accedió. En la DGT les dieron la licencia. Tenían ocho meses
para realizar prácticas. Se lo tomaron muy en serio, aunque fueron de menos a
más. Como en un videojuego, fueron pasando niveles: primero, conducción en
circuito cerrado -el aparcamiento de una universidad un fin de semana-;
después, por Majadahonda (Madrid), su localidad natal; por último, llegaron las
rutas más complicadas. Lucas llegó incluso a poner una cámara en el salpicadero
para documentar el proceso,
que ha ido contando en su blog. Llegó el momento de presentarse al examen
práctico y, como muchos, suspendió la primera vez: "Me puse nervioso
aparcando", recuerda. Su madre y él sumaron, pues, una nueva fase a su
particular entrenamiento: un fin de semana aparcando "de todas las maneras
posibles". El día que expiraba la licencia, que Tráfico solo concede una
vez a cada conductor, por fin aprobó.
Lucas se plantea por qué su caso tiene que ser una
excepción. "Antes de 1981, la DGT prestaba coches, por lo que era más
fácil sacarse el carné sin pasar por una autoescuela", asegura.
"Ahora el negocio está muy monopolizado, incluso pactan precios, unos 30
euros por 45 minutos de prácticas".
La Confederación Nacional de Autoescuelas
recomienda, a través de un portavoz, pasar por un centro acreditado en este
tipo de enseñanza, una forma de recibir "la experiencia y formación que le
puede transmitir un profesor de formación vial". Lucas no les quita la
razón, aunque matiza sus palabras. Es cierto que su aprendizaje ha estado muy
ligado a la forma de conducir de su madre. Por eso, antes de presentarse al
examen práctico contrató a un instructor de autoescuela que lo acompañó a un
par de clases. "El objetivo es conducir bien, crear mejores hábitos.
Conozco a mucha gente que farda de las pocas prácticas que ha dado. Yo conduje
muchas horas y fui al examen muy seguro. Al final se trata de eso",
justifica.
El coche
permanece en casa de sus padres. Él vive en el centro y no conduce mucho
¿Y ahora qué? De momento, no conduce mucho. Su
Honda Accord está en Majadahonda, en casa de sus padres, y él vive en el centro
de Madrid, "donde no hace falta tener un vehículo". Además, odia la
contaminación. Su iniciativa quizás anime a alguno de sus tres hermanos menores
o de sus 15 primos –"tantos, que no sé ni cuántos son"–. El coche
está ahí para quien quiera utilizarlo.
Lucas explica que, si hubiera "dado menos
vueltas", su peculiar odisea habría salido mucho más barata: alrededor de
1.300 euros y no 2.500. Si varias personas utilizan el mismo vehículo
–"aunque no siempre es fácil contar con uno"–, podría salir mucho
mejor de precio. Ahora, el próximo miembro de su familia que quiera aprender a
conducir sin pasar por la autoescuela solo tendrá que pagar las tasas: 100
euros. Pero él insiste en que su motivación no fue económica. Trabaja como
informático en el Ayuntamiento de Madrid. Quiere que se cambie la normativa.
Por eso, ha puesto en marcha un foro con el fin de generar debates respecto a
la conducción y a la forma de obtener el permiso en España. Su siguiente
objetivo es elaborar un manual que pueda compartirse de forma gratuita y que
sea "menos soporífero" que el que se utiliza ahora mismo: "Tardé
tanto en sacarme el teórico porque me dormía delante de aquel libro". Le
gustaría que aprender a conducir dejara de ser la experiencia "traumática"
que supone para muchos. Él ya se ha puesto al volante.
Fuente
Desde www.practicasbaratas.com queríamos felicitar a Lucas, por su fuerza y entereza, por manifestar y compartir su relato con todos. Este caso nos parece muy importante para que las normativas se adapten a los tiempos que corren y que nos den la opción de elegir a todos, como queremos sacarnos el carné. Por eso, nosotros, os facilitamos distintas opciones, porque queremos ponéroslo fácil y económico, no queremos que tengáis que pagar lo que Lucas pago.
Un saludo